El museo de Arte Contemporáneo de Río de Janeiro fue diseñado entre 1991 y 1996.
El proyecto del MAC-Niterói revela la osadía de un artista experimentado, responsable de una producción que presenta una lectura bastante personal de los preceptos de la arquitectura racionalista de matriz lecorbusiana. su boceto
"El terreno era estrecho, rodeado por el mar y la solución ocurrió naturalmente, teniendo como punto de partida el inevitable apoyo central. De él, la arquitectura ocurrió espontánea como una flor. La vista hacia el mar era bellísima y había que aprovecharla. Suspendí el edificio y bajo él el panorama se extendió todavía más rico. Definí entonces el perfil del museo. Una línea que nace desde el suelo y sin interrupción crece y se despliega, sensual, hasta la cobertura. La forma del edificio, que siempre imaginé circular, se fijó y en su interior me detuve apasionado. Alrededor del museo creé una galería abierta hacia el mar, repitiéndola en el segundo pavimento, como un entrepiso inclinado sobre el gran salón de exposiciones".
También según palabras de su creador, el Museo surge como una flor en la roca que los sostiene.
Fue diseñado entre 1991 y 1996. Se sitúa en la ciudad de Niterói y su forma es la de un tronco de cono apoyado sobre una base cilíndrica. En total mide 16 metros de alto; y su cúpula tiene un diámetro de 50 metros, con tres pisos.
Concebido a partir de una figura revolucionaria de doble curvatura, el Museo destaca sobre el acantilado como un simbólico faro levantado frente a la bahía.
La estructura modernista de líneas circulares y con forma de platillo, en algunas ocasiones ha sido comparada con un OVNI. La estructura posa sobre una fuente de agua desde donde pareciera emerger el plato volador blanco, simulando estar suspendido en el aire.
Espacios
El proyecto está formado por una planta semienterrada rodeada por el espejo de agua y un cuerpo superior formado por tres niveles.
Una rampa serpenteante externa, que conduce al visitante a través de sus 98 metros libres en el espacio, sirve de enlace a las dos primeras plantas del museo, conectando el espacio público con el núcleo central que contiene la sala de exposición permanente.
Karina Alayo Egusquiza
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